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Afecto permutado

Ya no se que es lo que quiero, o siempre lo supe, intercambié preocupaciones, incertidumbres, días que fueron hermosamente rutinarios, risas de otoño, todo ello lo intercambié por cajetillas de cigarros, noches solitarias, veranos grises y recuerdos rotos. Quizá intercambie lo que soy ahora por un una noche sin fin, donde me quede con su mirada y tal vez, sus ojos grandes y sonrientes reflejen lo que en el pasado eras en verdad para mi, pero te amaré, en otra vida o quizá nunca.

Fugaz

una noche inolvidable, en mis noches solitarias, junto a mi compañera, la luna; vi un resplandeciente atardecer, tan bella, tan hermosa, me recordó que la felicidad no dura más que la gota de excitación llegando al cuello, cautivo por su belleza; desapareció cual estrella fugaz que fue, desde ese momento, mi mente está lleno de colores y felicidad, pero la noche aún no desaparece .

Fortuito, pero feliz

Con nuestro encuentro fortuito en aquel bar llamado “el pecado sin fundador” recuerdo que utilizabas frases erróneas y a veces con nada de sentido a propósito para poder estar a gusto, con tus sonrisas honestas como un plato de veneno, así seguiste, con verdades invertidas. Te llevé a aquel hotel con grandes vistas, muy lujoso para mi gusto, el nulo eco que había hacía parecer que fuese un bribón, con el pecado consumado y con el cigarrillo a medio acabar hice una sonrisa, sabía que había superado un mal momento que estaba viviendo. Tú, con tus extrañas mentiras decidirse disfrutar del espectáculo que nos daba la habitación. Terminamos en caminos invertidos, quizá con una fugaz felicidad, pero ya olvidados.

Cuando llegue la primavera

Después de varios meses sin saber que vendrá, como mendigo camino en estas calles de invierno parisinas, sin poder hablarle a nadie, conversando conmigo mismo, evitando la dura realidad. Un día cualquiera cual suerte a de robarle a alguien me encuentro con tu luz, derritiendo mi soledad y mis penurias, me invitas a tu mundo lleno de colores vivaces y me contagias con tu sonrisa, con tu alegría, anhelo que esto tenga un principio pero no un fin. Mis colores grises se mezclan con los tuyos y en nuestro mundo lleno de muros invisibles, para mi, la primavera por fin a llegado.